lunes, 2 de febrero de 2015

Vivir soñando

Se despertó de soñar y se puso los zapatos. Anduvo hacía su baño y se miró en el espejo. Su reflejo desvaneció su sonrisa. Había soñado que sus dientes eran blancos y perfectos, su nariz más fina, sus labios más carnosos y su mirada más profunda.
Se dio la vuelta y volvió a meterse entre las sábanas. Decidió que era mejor vivir soñando.


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